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Vicente medina
Antes de comenzar la lectura: 1. ¿ Có mo creé is que es un paí s de maravilla? Intentar describir el paisaje de ese paí s. 2. ¿ Qué le ocurrirá a Alicia en el paí s de las maravillas?
ALICIA EN EL PAÍ S DE LAS MARAVILLAS El Gato sonrió al ver a Alicia. Parecí a tener buen cará cter, consideró Alicia; pero tambié n tení a unas uñ as muy largas y un gran nú mero de dientes, de forma que pensó que convendrí a tratarlo con el debido respeto. - Minino de Cheshire- empezó algo tí midamente, pues no estaba del todo segura de que le fuera a gustar el cariñ oso tratamiento; pero el Gato siguió sonriendo má s y má s-. “¡ Vaya! parece que le va gustando” –pensó Alicia, y continuó: - “¿ Me podrí as indicar, por favor, hacia dó nde tengo que ir desde aquí? ” - Eso depende de adó nde quieras llegar –contestó el Gato. - A mí no me importa demasiado adó nde…-empezó a explicar Alicia. - En ese caso da igual hacia dó nde vayas –interrumpió el Gato. -…siempre que llegue a alguna parte –terminó Alicia a modo de explicació n. -¡ Oh! Siempre llegará s a alguna parte –dijo el Gato- si caminas lo bastante. A Alicia le pareció que esto era innegable, de forma que intentó preguntarle algo má s. - ¿ Qué clase de gente vive por estos parajes? - Por ahí –contestó el Gato volviendo una pata hacia su derecha –vive un sombrerero; y por allá –continuó volviendo la otra pata –vive una liebre de marzo. Visita al que te plazca: ambos está n igual de locos. - Pero es que a mí no me gusta estar entre locos –dijo Alicia. - Eso sí que no lo puedes evitar –repuso el Gato -; todos estamos locos por aquí. Yo estoy loco; tú tambié n lo está s. - Y ¿ có mo sabes tú si yo estoy loca? –le preguntó Alicia. - Has de estarlo a la fuerza –le contestó el Gato -; de lo contrario no habrí as venido aquí. - ¿ Y có mo sabes que tú está s loco? - Para empezar –repuso el Gato-, los perros no está n locos, ¿ de acuerdo? - Supongo que no –dijo Alicia. - Bueno, pues entonces –continuó diciendo el Gato-, verá s que los perros gruñ en cuando algo no les gusta, y mueven la cola cuando está n contentos. En cambio, yo gruñ o cuando estoy contento y muevo la cola cuando me enojo; luego estoy loco.
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